martes, 22 de marzo de 2011

La piedra de Sísifo

Nos instruía una desorientada psicóloga castellanomanchega acerca de la necesidad de que los grandes discapacitados y la Sociedad entendieran que lo que estos sufren no es precisamente eso, discapacidad, sino más bien que su situación era fruto de la diversidad funcional. Y que de este error de concepto surgían muchos de los problemas sobre este tema. Todos los compañeros residentes que asisitimos a la charla nos retorcimos de la misma mala manera.

Este pequeño debate semántico me recordó El mito de Sísifo de Albert Camus. El tal Sísifo, parecía ser un pillo de armas tomar que cometió algunos errores. A su favor, diría, que se aferraba con ganas a la vida y a sus placeres; y acusado de algunas mentiras y asesinatos fue obligado a empujar una piedra colina arriba para, al llegar a la cima, verla rodar de nuevo hasta abajo, como un castigo eterno. Camus aprovecha este personaje para reflexionar sobre la tragedia del ser humano y sobre como, sólo la conciencia de ésta consigue, de algún modo, darnos una oportunidad de salvación. Dice también que "las verdades aplastantes perecen al ser reconocidas" y que sólo entonces Sísifo "sabe que es dueño de sus días".

Nadie dijo que fuera fácil y todos sabemos que vivimos en un mundo hermoso y trágico a partes iguales. Pero, como el Sísifo de Camus, sólo el afrontamiento de la carga individual, de la roca de cada uno, nos permitirá pasar por encima de ella, trascenderla y disfrutar de la vista del valle desde lo alto de la colina mientras la roca rueda ladera abajo por enésima vez. "Porque el esfuerzo mismo para llegar a las cimas basta para llenar un corazón de hombre". Amén.

NOTA: Esta entrada esta dedicada a los pacientes del Hospital Nacional del Parapléjicos de Toledo.