Anthony Burgess. Confesiones
Algo ligero, o quizá no tanto, para el día de la semana que más se presta a ligerezas. Ojeando la blogosfera, esta nueva suerte de kiosko dominical, he dado con este melancólico artículo de Félix de Azúa, uno de mis favoritos. Unas palabras sobre el aprendizaje y la putada de que el cuello del reloj de arena sea, siempre, demasiado ancho. Feliz domingo.
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