En efecto, asisitimos, en nuestra pequeña parcela de conocimiento, a un momento de cambios. Unos más evidentes, otro sólo se entreven.
El desarrollo de las nuevas tecnologías y el constante incremento de lo que se conoce hace que nuestros cerebros se vean obligados a perseguir su centro de gravedad. Estableciéndose, para el que quiera, una dinámica retadora y exigente.
Ante los cambios, algunos conceptos se tornan obsoletos y surgen otros nuevos. Sin embargo, no creo que debamos abrumarnos por ello, recordando con sentido de la responsabilidad que, como médicos, reciclarnos viene con el puesto y que, por otro lado, el tendón seguirá siendo tendón y el nervio, nervio. Anisotropía, sombra acústica... son simplemente palabras que llegan para enriquecer nuestro campo semántico.
Dice un amigo mío, que hay que adaptarse siempre. Y, ¡demonios, qué razón tiene!
Foto: Dr. Hans Selye (1907-1982). Describió el Síndrome General de adaptación.
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